Una semana agitada en los medios, el congreso y porque no mi vida. Un vaivén de noticias, de información frívola y sin sentido, en contra de uno u otros. Ley de servicios de
comunicación audiovisual parece mala palabra, pero realmente es tan malo cambiar una ley que rige desde la dictadura. O por otro lado es tan malo implementar arreglos a un proyecto de ley que parece distinto a la ley actual pero quiere censurar explícitamente a un grupo. El consenso esta difícil, opositores contra el gobierno y el último contra Clarín, nos falta
Zulma Lobatto y
Barbie.
La importancia del proyecto de ley, esta siendo insignificante, porque los actores desempeñan una
telenovela que no permite observar los verdaderos fines y beneficios para la sociedad.
Los políticos,
representantes elegidos por el pueblo, no representan los intereses de quienes los votaron, simplemente se asocian o forman alianzas con el ideal que les permita mantener su cargo o un progreso no muy lejano. ¿Y quien nos cuida a nosotros?
lamentablemente el poder genera ambición, la ambición produce ceguera y no hay peor ciego que el que no quiere ver, los Argentinos no queremos ver, que vivimos infundados por miedo, nadie representa nuestra voz y la ambición de el gobierno por seguir en el poder, implica tomar medidas "para el pueblo", acallando a todos los opositores o medios que muestren - información pura o lavada - cualquier defecto de la Nación.
La medida "fútbol para todos", es el comienzo de este drama, pero no es el que la Argentina necesita, porque invertir 600 mil millones de pesos al año para mantener el fútbol, es
mentirle al trabajador, el fútbol es para todos porque todos lo pagamos, es la plata del estado la que subsidio en este momento al deporte por "excelencia". Pero esta medida beneficia al pueblo o al gobierno que invierte en
publicidades informativas sobre "lo mucho y bien que hace", son preguntas que solo se pueden responder mirando un proyecto de ley que quiere terminar con el recuerdo de la dictadura pero nos censura, porque el estado tiene un 35% del control de medios, en verdad no es parte del estado, es el público en general y cualquier
ONG, el 35% es para las empresas privadas nacionales y un 30% para capitales extranjeros. Si el gobierno tiene más poder, puede ganar más votos para la próxima elección, después de ganar sin una plataforma política, ahora quizás ganan por el voto común de la persona que piensa que todo es para bien.